Declararse en quiebra es una decisión que puede surgir cuando las deudas se vuelven insostenibles debido a factores como pérdida de empleo, caída en los ingresos, malas inversiones o crisis económicas. Para las personas naturales y empresas deudoras, enfrentar esta situación puede ser abrumador, pero existe una salida legal que permite reorganizar las finanzas y empezar de nuevo. En Chile, el proceso está regulado por la Ley 20.720 de insolvencia y reemprendimiento, que ofrece soluciones ordenadas y transparentes.
A continuación, te explicaremos cómo declararse en quiebra en Chile, detallando cómo funciona el procedimiento de liquidación voluntaria, los requisitos legales y las opciones disponibles para los deudores que buscan rehabilitación financiera.
¿Qué es declararse en quiebra?
Declararse en quiebra, también conocido como declararse en bancarrota, es un procedimiento judicial donde una persona o empresa reconoce que no puede cumplir con sus obligaciones financieras. Este proceso tiene como objetivo liquidar los bienes del deudor para pagar las deudas pendientes en la medida de lo posible, permitiendo al mismo tiempo un nuevo comienzo financiero.
En Chile, declararse en quiebra puede aplicarse tanto a personas naturales como a empresas deudoras. El proceso está regulado por un marco legal claro, que facilita la resolución de conflictos financieros y protege los intereses de todas las partes involucradas, incluidos acreedores e instituciones financieras.
La principal finalidad de este procedimiento es entregar una solución ordenada a los problemas financieros del deudor, a través del procedimiento de liquidación, y así buscar una eventual rehabilitación financiera. Declararse en quiebra no debe verse como un fracaso, sino como una herramienta legal para reestructurar la vida económica.
Requisitos para iniciar el proceso de declararse en quiebra en Chile
Para iniciar el proceso de declararse en quiebra en Chile, ya sea como persona natural o empresa deudora, es necesario cumplir con ciertos requisitos legales y formales:
- Monto de las deudas: El deudor debe demostrar que no tiene la capacidad de cumplir con sus obligaciones financieras. Es decir, que el dinero obtenido a través de sus ingresos no es suficiente para cubrir el total de las deudas acumuladas.
- Solicitud de liquidación voluntaria: Este es un documento formal que debe ser presentado ante un tribunal competente, solicitando el inicio del procedimiento concursal de liquidación. Se recomienda contar con el apoyo de un abogado experto para asegurar que la solicitud esté bien elaborada.
- Documentación necesaria: Se debe presentar un inventario detallado de bienes y deudas, incluyendo:
- Lista de acreedores e instituciones financieras involucradas.
- Registros de morosidad y antecedentes de pagos incumplidos.
- Declaración de ingresos y egresos.
- Designación de un abogado experto: El procedimiento requiere la participación de un abogado para guiar al deudor y cumplir con todas las exigencias legales.
- Resolución judicial: Una vez presentada la solicitud, el tribunal dicta la resolución que declara la quiebra y ordena la liquidación de bienes.
Este proceso está diseñado para ser transparente y justo tanto para el deudor como para los acreedores, asegurando que se respeten los derechos de todas las partes involucradas.
¿En qué consiste la liquidación voluntaria?
La liquidación voluntaria es un procedimiento formal mediante el cual el deudor solicita al tribunal la venta ordenada de sus bienes con el fin de saldar las deudas pendientes. Esta figura legal está contemplada en la Ley de Quiebras (Ley 20.720) y se aplica tanto a personas naturales como a empresas.
Etapas del procedimiento de liquidación voluntaria
- Solicitud de liquidación voluntaria: El proceso inicia con la presentación de la solicitud formal ante el tribunal. Aquí se debe incluir un listado completo de bienes, acreedores y deudas existentes.
- Aceptación y publicación: El tribunal dicta la resolución que acepta la solicitud de quiebra y esta información se publica en el Boletín Concursal para conocimiento de acreedores.
- Designación del liquidador: La Superintendencia de Insolvencia nombra a un liquidador, quien será el responsable de administrar los bienes y llevar a cabo la liquidación.
- Venta de bienes: El liquidador organiza la venta de los bienes del deudor. El dinero obtenido se utiliza para pagar las deudas, respetando el orden de prelación legal.
- Cierre del proceso: Una vez que se venden los bienes y se distribuyen los fondos, se declara el cierre del procedimiento. Las deudas no cubiertas quedan liberadas, permitiendo al deudor iniciar su rehabilitación financiera.
La liquidación voluntaria ofrece al deudor una solución legal y transparente para enfrentar sus obligaciones financieras y volver a empezar.
Opciones que tiene el deudor al declararse en quiebra
Declararse en quiebra no significa el fin de la vida financiera. Al contrario, el proceso ofrece opciones concretas para reconstruir las finanzas personales o empresariales:
- Rehabilitación financiera: Tras finalizar la liquidación, el deudor puede reorganizar sus finanzas y evitar cometer los mismos errores financieros.
- Protección judicial: El procedimiento protege al deudor de juicios y embargos, brindando un respiro legal.
- Cancelación de registros de morosidad: Al completar la quiebra, el deudor puede solicitar la eliminación de sus registros de morosidad, lo que facilita la recuperación crediticia.
- Asesoramiento profesional: Contar con un abogado de crédito permite al deudor transitar el proceso de forma ordenada y aprovechar las herramientas legales disponibles.
¿Qué pasa si me declaro en quiebra?
Declararse en quiebra tiene consecuencias y beneficios:
- Venta de bienes: Los activos del deudor se venden para saldar las deudas.
- Liberación de obligaciones: Al finalizar, las deudas pendientes quedan extinguidas.
- Restricciones temporales: Durante el proceso, pueden existir limitaciones en el acceso a créditos.
A largo plazo, este proceso permite al deudor reorganizar su situación económica y avanzar hacia una nueva etapa financiera.
La Ley de Quiebras (Ley 20.720)
La Ley 20.720 de insolvencia y reemprendimiento regula los procedimientos de liquidación y reorganización. Su objetivo es proteger a los deudores y acreedores, asegurando procesos justos y transparentes. Es un marco que permite tanto la liquidación voluntaria como otras opciones para enfrentar la insolvencia, promoviendo la posibilidad de rehabilitación financiera.
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